La contaminación urbana contribuye a casi 3,4 millones de muertes prematuras en todo el mundo. Así lo indican los últimos datos de la ONU que han puesto la voz de alarma en las grandes ciudades de todo el mundo. Uno de nuestros propósitos de año nuevo es descubriros destinos de turismo sostenible, con el fin de conocer iniciativas sostenibles que nos ayuden a ser más responsables con el medio ambiente, también cuando viajemos.

Nuestra primera parada ha sido Ámsterdam, la Venecia del Norte. Una acogedora ciudad envuelta por canales semicirculares, rebosantes de cultura y progreso en cada uno de sus transitados laterales. Elegir esta destinación para pasear nuestro porta bocadillos no ha sido casual. La capital de los Países Bajos se ha propuesto convertirse en la primera ciudad europea libre de emisiones CO2 en 2050. Un reto que, lejos de parecer ambicioso, podría ser una realidad cercana para un territorio donde el 35% de la población ya circula en bicicleta.

Turismo sostenible en el medio ambiente urbano

El modelo de urbanización actual es insostenible. Existe un problema de fondo que va más allá del turismo sostenible y de dejar de consumir papel de plata con un porta bocadillos reutilizable. El nivel de contaminación del aire es uno de los factores de riesgo más elevados para el cuidado de nuestra salud y la del medio ambiente. Buena prueba de ello es la aparición de olas de calor sin precedentes que están provocando sequías extremas en las zonas más pobres del planeta. Así como el considerable aumento de la cantidad de agua en los océanos. Un problema que preocupa especialmente a los neerlandeses, ya que una importante parte del país se encuentra por debajo del nivel del mar.

Roll'eat

Paseamos nuestro porta bocadillos por el incomparable centro urbano de Ámsterdam. Preciosas edificaciones del siglo XVI con estrechas y alargadas fachadas inclinadas hacia los canales, hoy reconocidas como Patrimonio de la Humanidad. Y en gran parte, transformadas en acogedores hoteles o museos. No es para menos, ya que guardan historia viva sobre Rembrandt, Van Gogh, Cézanne y Monet, entre otros, como Ana Frank.

Lo más curioso de todo es que no hay un solo edificio cerrado en la ciudad. Reusar los espacios abandonados para darle una nueva vida está en la filosofía de vida de los neerlandés. Ofreciéndonos una extensa ruta por uno de los cascos antiguos más grandes de Europa, difícil de completar sin llevar las reservas de energía necesarias en el porta bocadillos. Llueva o nieve, a pie o en bicicleta, el porta bocadillos Boc’n’Roll te acompañará fielmente en tu ruta de turismo sostenible por la fría ciudad. Ayudándote a generar cero residuos durante el viaje.

Ámsterdam será la primera ciudad europea libre de emisiones CO2

Reducir el tránsito en la ciudad es uno de los objetivos principales para cumplir con su promesa de ser la primera ciudad europea libre de emisiones CO2. Una de las medidas que más nos gustó en nuestra ruta de turismo sostenible fue descubrir que las entradas para espectáculos podían servir a su vez como tickets de transporte o abonos para los parkings de bicicletas. Una iniciativa que además de fomentar el consumo cultural, ayuda a disminuir el impacto de la contaminación ambiental en las zonas urbanas. Esta es solo una de las propuestas que encontramos en un completo programa de actuación pensado para todos los agentes urbanos. Desde el transporte público, hasta las pequeñas rutinas individuales.

Nuestro porta bocadillos no necesita recargar energía. Pero si así fuera, no habría problema en Ámsterdam. A lo largo de la ciudad se encuentran repartidos más de 4.000 puntos de carga eléctrica. Facilitando así el acceso a este tipo de vehículos para todo el mundo. Asimismo, ya se pueden ver en algunos barrios las conocidas como TreeWifi. Unas casitas para pájaros que emiten conexión wifi gratuita únicamente cuando los índices de contaminación se encuentran en niveles normales.

De modo que está en manos de los vecinos conseguir que su luz se ponga en verde, para ahorrar tanto energía como dinero. Otro punto a destacar es que los supermercados ya cuentan con pasillos libres de plástico. Concretamente, la cadena Ekoplaza ha empezado a remplazar los envases de plástico por otras opciones más sustentables fabricadas con biomateriales compostables. Eliminando también los envoltorios de plástico innecesarios en los alimentos.

Porque hacer un mundo mejor está en manos de todos. ¿Qué tal si empezamos por intentar reducir nuestro impacto medioambiental cuando viajamos? Tu porta bocadillo ecológico será tu mejor compañero de viaje mientras te enamoras de cada destinación. Consigue el tuyo aquí aquí y anímate a formar parte del club de viajeros zero waste.

 

El mundo está preparado, ¡lo único que necesitamos es un cambio de actitud!

 

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