Nacido en Italia a finales del S.XX, el movimiento Slow Food (Comida Lenta) apareció como respuesta a la imperante moda del Fast Food y el Fast Life y a la estandarización en los hábitos y gustos gastronómicos por todo el mundo.


Una filosofía de cultivar, comprar y cocinar los alimentos que ha dado la vuelta al planeta. En España existe la Asociación Ecogastronómica Slow Food, en la que encontrar Restaurantes de Kilometro 0, sus principios y su forma de actuar. Una buena manera de entender mejor este modelo de cercanía y de cocina responsable con el medio ambiente.

Este movimiento, no deja de ser una reivindicación de lo cercano, de lo autóctono, de la tradición. De los productos que siempre nos han acompañado, y de las recetas que permanecen en nuestro recuerdo, en contra de la agricultura masiva y a favor de la biodiversidad natural y agrícola.

Su símbolo es el caracol, un icono de la lentitud. Y cada vez son más sus adeptos. Incondicionales que reivindican una forma de comer y una forma de vida.

Una tendencia basada en la lentitud, el sosiego, la cercanía, preocupada por su alrededor, por el los recursos del planeta, por la diversidad y que entiende la comida cómo ese gran placer que es. Y que a nosotros nos encanta, ya sea en casa o en el trabajo. Todo requiere su tiempo y el disfrutar de un buen plato también.

¿Te apuntas?

 

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